La sesión especial organizada por Alianza por el Clima sobre “Participación social en las políticas climáticas municipales” pretende introducir el debate sobre la necesaria colaboración de los actores sociales con las entidades locales para desarrollar las medidas de mitigación y de adaptación al cambio climático que se deben promover desde los municipios. Sin implicación de la población no se pueden impulsar muchas de las políticas y medidas en los ámbitos de la movilidad urbana, el ahorro de energía en el sector doméstico, la generación y gestión de los residuos o en la compra responsable y la alimentación.
El Cambio Climático es un claro indicador de un modelo productivo insostenible que genera desigualdad, exclusión y compromete la supervivencia de las generaciones futuras. Este modelo productivo hace un uso desmedido de recursos que provoca la degradación ambiental, que además está fuertemente ligada a procesos de marginación y pobreza. Desde el punto de vista del bien común, se deben gestionar los recursos naturales en beneficio de todos, incluso de las generaciones futuras, respetando los derechos de la ciudadanía al uso de estos recursos.
Se trata de un problema civilizatorio, donde la ciudadanía es por tanto el centro de los efectos y también debe serlo de las soluciones. El reto a que nos aboca el Cambio Climático es el más importante al que nos hemos enfrentado en el Planeta y no solo requiere la obvia colaboración de instituciones públicas y poderes económicos; requiere el esfuerzo común, coordinado y solidario de toda la sociedad. La insuficiente respuesta a la gravedad del problema dada en las Cumbres internacionales hace que sea estrictamente necesario involucrar a la ciudadanía en la importancia de la sostenibilidad como nueva identidad de progreso social. El ciudadano no se siente suficientemente concernido cuando hablamos de la seguridad planetaria cuando en realidad lo que está en juego es su propia seguridad y esta se verifica cuando no hay pobreza, cuando no hay desequilibrios, cuando no hay desigualdad.
Esta ciudadanía, responsable y crítica, debe entender al uso sostenible de los recursos comunes como base central de su desarrollo exigiendo a los gobiernos, entidades locales y agentes económicos a que velen y respeten por ese interés común. Solo así podremos plantear medidas eficientes contra el Cambio Climático modificando el modelo de desarrollo global.