La movilidad sostenible es aquella que considera los tres aspectos de la sostenibilidad, economía, sociedad y medio ambiente. La incorporación de estos parámetros requiere, además, trabajar en diversos sectores que afectan directa o indirectamente en la movilidad. En este sentido la Estrategia Española de Movilidad Sostenible (EEMS) aprobada en abril de 2009 se dirigía a cinco áreas:

Territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras.
Lucha contra el cambio climático y reducción de la dependencia energética.
Mejora de calidad del aire y reducción del ruido.
Mejora de la seguridad y salud.
Gestión de la demanda.
Los Planes de Movilidad Sostenible son el instrumento de planificación y gestión a nivel local. Según la EEMS, 'persiguen impulsar un conjunto de actuaciones para conseguir desplazamientos más sostenibles (a pie, bicicleta y transporte público), que sean compatibles con el crecimiento económico, alcanzando con ello una mejor calidad de vida para los ciudadanos y futuras generaciones'.

Uno de los retos para su desarrollo e implementación es que se ven implicados no sólo distintos departamentos dentro del ente local (urbanismo, seguridad, etc.) sino también diferentes niveles administrativos.
Este artículo trata de analizar cómo se puede articular la gobernanza que permita la coordinación y cooperación de los implicados en el diseño, puesta en marcha y seguimiento del PMUS.